Gooooooooooooood
Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.
Cuando te encontré por casualidad. No tenía ni
idea de que aquel día cambiaría el resto de mi vida.
La verdad es que me sentía un poco incómodo con
aquella situación porque no soy de mucho hablar y menos con gente que no
conozco pero la hecho era bastante propicio.
Allí estaba yo, más de media hora esperando,
completamente plantado. No sabia muy bien que hacer por lo que simplemente
decidí esperar allí parado observando la gente pasar.
Un día frío, pero apenas sentía, porque mi mal
humor crecía por momentos.
De repente salí de mi embelesamiento por alguien
que me preguntaba por una calle, con cierto acento sureño. Su carita blanca
apenas visible entre el gorro, la bufanda y el cuello del abrigo hacia que
resaltaran sus grandes ojos y como de un cuento de niños se hubiera escapado,
sus dos mejillas rojas.
Estuve incansablemente intentando hacer entender
para que las indicaciones fueran claras pero aquello era misión arto complicada
por lo intricado de las callejuelas de esta ciudad.
Mire para un lado, miré para otro intentando
buscar nuevas referencias que facilitaran mis indicaciones pero, no se bien si
porque llevaba demasiado tiempo al frío, bien porque mis neuronas no daban para
más.
De algo si estoy seguro y es que sabía
perfectamente como llegar, auque reconozco que no soy muy ducho con las
indicaciones.
Llegado a este punto de inmovilismo mental y lo
poco que me quedaba de paciencia para seguir esperando, decidí hacer mi buena acción
diaria de ese día acompañando a esa pequeña “oveja” perdida.
El trayecto se me hizo corto, pese a que no
debíamos estar menos de un kilómetro. Durante el itinerario turístico hice de
cicerón, mostrando al “mundo” todos mis conocimientos acerca de esta magnífica ciudad.
Llegamos al punto final y la plaza estaba inundada
por un olor a churros recién hechos y el aroma dulzón de chocolate caliente. Me
estaban invitando como parte de agradecimiento y como parte del magnetismo que
supone inigualable fragancia aromática. Puesto que aquella tarde no me brindaba
más, dije que sí. Nunca se sabe pero … siempre recuerdo aquel día cuando te
encontré por casualidad hasta hoy.
Desde entonces aprovecho cualquier excusa se me
brinda de forma inesperada para hacerla. “La
vida es como una caja de bombones, nunca sabes cual te va a tocar” que
decía nuestro amigo Forrestt Gump. Y algunos son muy dulces, que yo añadiría.
Así que a disfrutar.
Genial. Por fin es lunes. Disfrutando de los
bombones.
OP
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