lunes, 27 de enero de 2014

¿HASTA DÓNDE QUIERES LLEGAR?


Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.


Es una pregunta que me haga a veces. Sobre todo cuando ano algo perdido. Ante situaciones excepcionales o importantes que afectan a mi vida diaria hay que replantearse nuevos escenarios. ¿Por qué de ese miedo atávico a cambiar?. El ser humano demuestra constantemente que no tiene límites entonces ¿por qué me cuesta a mi alcanzar cosas sencillas?

Miles de ejemplos nos demuestran que nuestros límites son solo eso. Nuestro límites. Algunos ejemplos reales pueden ilustrar lo que es para muchos el motor de marcha dentro de tu propia vida. La motivación o gasolina que hace que el cuerpo y sobre todo la mente, no se pare.

He conocido personas que no se atreven a nadar y sin embargo gente como el australiano Nick Vujicic, que nació sin brazos ni piernas, no solo ha conseguido nadar, sino llegar una vida normal. El camino no fue fácil y le costó varias depresiones pero su tesón le hizo conseguirlo.
O Felix Baungarther que ha conseguido romper la barrera del sonido en caída libre. Algo impensable.

Gente normal que convierte sus vidas en excepcionales. Como Hoyt team. Un padre que consigue hacer triatlón con su hijo minusválido a cuestas. Un triatlón es esa durísima prueba deportiva de resistencia física y mental que muchos apenas sabemos escribir y aúna natación, ciclismo y carrera.

Aunque he de reconocer que mi favorito es Albert Llovera al cual he tenido el honor de conocer en persona. Este andorrano que después de ser olímpico y quedarse tretrapléjico en un accidente de ski con 18 años, decidió entre otras, que su vida no se paraba ahí, pese a estar condenado en una silla de ruedas. Tubo una hija. Ha sido la primera persona minusválida en participar en rallies y este año ha participado en el Paris-Dakar. Ole!! Me quito el sombrero.

Después de todo esto creo que es necesario sentarse a solas con uno mismo y ver hasta donde soy capaz de llegar y cuanto tiempo necesito. Que retos me mueven y me motivan y cómo hacer para conseguirlos.  Y entender porqué creo que seré o no capaz de conseguirlo. Hay un refrán español que dice: “si quieres, puedes” pero… entonce ¿por qué me freno tanto? Quizás dedicarme una hora a mi mismo para reflexionar me vendría muuuuuuy bien.

¿Hasta dónde soy capaz de llegar?
¿Qué me impide conseguirlo?
¿Cuánto tiempo necesito?

Genial. Por fin es lunes. Hasta donde yo quiera llegar.

OP


lunes, 20 de enero de 2014

LA RISA DEL CALVO


Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.


Hace algún tiempo, cuando trabajaba de cara al público, una compañera me dijo: “jo!! No se que pasa pero siempre me tocan los más bordes”. La verdad es que era cierto. No había día que no tuviera una trifurca con un cliente. Día tras día. Sorprendido e intrigado decidí observarla. No voy a decir su nombre, no por mantenerla en el anonimato, que me la trae al pairo, es que no me acuerdo como se llamaba.
Bueno pues la sujeta en cuestión era una borde de las que hacen afición. Lo más parecido a una sonrisa que se veía en su cara era cuando le entraba algún retortijón y hacia gestitos con su boca. Que borde!! pero borde, borde. En estas circunstancias malamente vas a hacer tu amigos “bonita”.

Sin embargo, otro compañero que prefiero mantener en el anonimato su nombre (jajaja, ni p… idea como se llamaba) que era calvo, no por ello quiero decir que sea una característica que aúne simpatía, para nada, conozco algún caso que habría de expulsarlo del país por “simpático”, bueno, en concreto este compañero de trabajo era un tío afable, simpático, y muy, muy buna persona. De los que siempre te echan una mano. Pues bien, el susodicho tenia cola cuando por el resto de las cajas no había gente (trabajábamos como cajeros en un hipermercado… jo!! pues no ha llovido). Él fue quien me dijo que siempre recibía a los cliente con una sonrisa y que eso no fallaba.

Intrigado por su teoría decidí ponerla en práctica personalmente. Pronto empecé a entender que la teoría de: la risa del calvo, funcionaba.

Poco tiempo descubrí que esto no es baladí. Viene refrendado por nuestras famosas neuronas espejo. Esto es, que el ser humano interactúa en función de lo que procesa. Si tienes alguien muy serio y “borde” enfrente tu respuesta subconsciente de igualación (somos así, no le des más vueltas) es igual al oponente por encima con el objetivo de derribarle. Por el contrario si lo que recibimos es una sonrisa pues nos da por sonreír.
¿qué no lo te lo crees?
Pues el moviendo, andando. Mírate este vídeo de “calvos” y saca tus propias conclusiones.

Genial. Por fin es lunes. Sonrisita en la boca.

OP


lunes, 13 de enero de 2014

HERMANOS


Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.

Tantas cosas que he aprendido de ti que a veces me cuesta entenderte. Siempre juntos y ahora tan distante. Yo sigo ahí y sigo creyendo en ti. No hay muchas cosas en este mundo que no haría si tu me lo pidieses.
A veces tengo la sensación que el cielo te pesa y te aplasta, que no puedes con tanto peso, pero aquí están mis brazos para ayudarte a sujetarlo. A veces pienso que todo está oscuro para ti pero aquí estoy con una luz. Pienso que hay un mar de distancia entre los dos pero aquí estoy con mi pequeña barca.  Siento que todo se hace cuesta arriba pero aquí estoy empujando. Tanto que hemos hablado y ahora te siento mudo.

Sé que a veces el desasosiego te invade pero me puedes llamar para darte mi calma. Se que piensas que la vida no está de tu lado. Es un peso pesado en tu mente. Siénteme a tu lado, sin preguntas. Nuestros corazones laten en la misma dirección. Y sé que vamos por el camino correcto. ¿De dónde venimos y hacia donde vamos?. ¿Y a quien le importa? Somos dos agujas en el mismo reloj.
Te extraño. Siento que te alejas cada vez más y quiero que vuelvas. No hay nadie más alrededor. No te malgastes en la gravedad de las cosas. Solo se camina mal. Lo sé porque yo también estuve perdido.

Somos hermanos y quiero que me abraces. Esto es sólo entre nosotros. Y si todo cae, allí estaré para levantarnos. Nada importa más. Nada te pido. Juntos los caminos se abren y las distancias se acortan. Juntos somos más fuertes para hacer frente a lo que se ponga por delante por muy duro, por muy perdido, por muy irritable que te sientas.

Yo no me voy a rendir. No voy a renunciar. No me doy por vencido. Somos de la misma vida. Somos hermanos y siempre los seremos. Puedes estar seguro que juntos lo lograremos. Aquí está mi mano. Juntos somos más fuertes.
Incondicionalmente hermanos.


Genial. Por fin es lunes. Hermanado.

OP


lunes, 6 de enero de 2014

EL MEJOR REGALO


Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.

Cuando Luis se levantó aquella mañana fría y lluviosa de enero jamás pensó que aquel regalo le cambiaría la vida. La muerte de una persona.

Una vez más el trabajo se convertía en estresante. Había llegado a un punto sin retorno en el que las mañanas se juntaban con las tardes, y las tardes con las noches todo ello en un frenesí incontrolable. Apenas tiempo para mal comer y mucho menos para tener vida personal. No en vano su esfuerzo le había llevado muy alto con tan solo 26 años.
Joven, con energía, lleno de vitalidad y miles de sueños por cumplir.
Pero un buen día se levantó con dolor en la pierna. El día anterior había tenido una sesión extra de entrenamiento en el gimnasio. Nada por lo que preocuparse ¿o sí?
Pasaba el tiempo y el dolor lejos de remitir se iba intensificando hasta el punto que hizo que Luis acudiera a un reputado especialista en traumatología. Pero, después de muchas pruebas, todo parecía estar en orden.
Las pruebas cesaron pero la salud de Luis empeoraba. Su cansancio se fue volviendo extremo hasta el punto de no poder ir ni a trabajar. Baja por estrés le diagnosticaron. Pero aquello no era estrés.
Meses después Luis fue perdiendo peso y su color de piel se fue tornando en amarillo. Levantarse de la cama le suponía un esfuerzo inhumano. Su corazón estaba fallando.
Con tan solo 30 años de edad y el corazón se paraba.

Su vida cambió por completo. Rápidamente empezó a sentir que sus prioridades se daban la vuelta. Lo importante dejó de serlo y todo aquello que dejaba de lado y apartado empezó a tomar protagonismo.
Cada día hacía por salir a pasear. Cada día repasaba su agenda de contactos metódicamente para por lo menos llamar una vez en semana para hablar con sus amigos. Desayunaba tranquilamente siempre pegado a la ventana observando el mundo que apenas había conocido.
Le hubiera encantado empezar a viajar pero su estado se lo impedía. Había tantas cosas por hacer y apenas quedaba tiempo. Le hubiera gustado tener la sensación de bañarse y flotar en el Mar Muerto, o despertarse en un crucero para ver amanecer en el mar. Sentir el olor de la primavera en la plaza de los naranjos de Sevilla. Escuchar un concierto de ópera en Rusia. Deleitarse con el buqué de un buen Rioja en su propia bodega… o cosas más sencillas como un paseo de la mano con su pareja por la Puerta del Sol. Cubrirse bajo el mismo paraguas en un día de lluvia. Tomar un chocolate en un día de invierno o pasear por el parque del Retiro en otoño. Visitar el museo del Prado…

Cada día hablaba con su familia, para que se sintieran bien al oír su voz, porque quien sabe el tiempo que le quedaba. Empezó a vivir intensamente cada día como si fuera el último de su vida.
Los meses pasaron y aquello empezó a convertirse en su nueva rutina. Trabajaba desde casa e hizo nuevos amigos a través de Internet.
Su vida se apagaba lentamente como una vela que se queda sin cera. Pero su optimismo e ilusión crecía porque al fin estaba haciendo lo que realmente debía. Vivir, y sobre todo, disfrutar de su la vida.

La mañana del 6 de enero fue especialmente dura. Luis, apenas sin fuerza, estaba en la cama. Había comprado todos sus regalos en Internet y los había mandado directamente porque apenas podía caminar 100 metros sin agotarse. Ya apenas tenía energía. Miraba por la ventana como amanecía. Le gustaba “ganar al día” (frase que siempre decía cuando se levantaba antes de que amaneciera).
El teléfono sonó y rompió la magia de aquel momento. Al otro lado una cálida y familiar voz de mujer le dijo que fuera de inmediato al hospital. Cuando llegó sus ojos se llenaron de lágrimas. Había un trasplante compatible para él. Era de una mujer joven que había sufrido un accidente de tráfico y sus generosos padres había decidido hacer un gran regalo aquel día de Reyes, donar sus órganos.
Fue una intervención rápida con un trasplante heterotópico, es decir, que dejaron su corazón junto al de aquella chica donante. Para Luís esto era lo más “un doble corazón”. “juntar nuestros corazones” . Y en realidad, un poco más de tiempo para disfrutar, sentir, oler, tocar...
El mejor regalo. Llevar el corazón de “su amada” como él empezó a llamarla, dentro de mi. Nunca pudo conocer, ni a ella ni a la familia de la donante pero algo tenía claro: siempre les llevará dentro.
No le habían donado un corazón, le habían regalado la vida. Y por eso estaría siempre agradecido, por vivir.

Genial. Por fin es lunes. Lunes de regalos.

OP