lunes, 29 de octubre de 2018

QUE CADA HORA DEL DIA CUENTE


Por fiiiiiiin es lunes. (לבסוף, היום הוא יום שני.)
 
Empeñados siempre en encontrar el no se qué, qué este año seguro llegará porque llevo toda la vida esperando y …. La vida pasa inexorablemente. Mientras, contemplamos el tiempo pasar y vemos como “otros” sí hacen, disfrutan, se divierten en todo aquello con lo que nosotros soñamos.

No necesariamente hemos tenido que hacer algo mal para que las cosas no salgan como nosotros pensábamos. Muchas circunstancias externas influyen y manejan nuestra propia vida. Ser judío no es malo y no tiene porque tener mucha mas preocupación que el Shabat. Sin embargo haber nacido judío en Alemania, en 1936, era un gran problema. Sin hacer nada, o dicho de otra forma. Haciendo las cosas correctamente.
Puedes llevar una vida perfecta, de forma educad y sana, y un loco se salta un semáforo y te lleva por delante. Y se acaba todo. O no
Eso es lo que me refiero que aun haciendo todo lo que se espera de nosotros, la vida…, la vida es complicada, o se puede complicar en un momento. 
Es por eso que hay algo que si podemos hacer día a día, momento a momento, y es comportarnos con nosotros mismos para que cada hora del día cuente para el resumen de nuestra vida, en vez de pasar el día contando horas, esperando…. no se muy bien el qué. Porque el tiempo que se va, ese, ese nunca mas ya vuelve.


Genial. Por fin es lunes. Escuchando las horas.

OP


lunes, 22 de octubre de 2018

SERÁ EL DESTINO


Por fiiiiiiin es lunes. (سرانجام امروز دوشنبه است.) 

Unas cuantas veces al día me pregunto. ¿qué es el destino?
Atendiendo a su sentido etimológico este vocablo proviene del latín de la palabra destinare: de- indica “separación”, -stanare que es su raíz vendría a decir algo así como “estar de pie o estar fijo”, por lo que el significado estaría cerca de algo parecido a estar lejos de estar fijo o estable, vamos, entre nosotros sería como marcar una “meta”, un objetivo, para alcanzarlo.
Y según la RAE es: un encadenamiento de sucesos considerado como necesario o fatal.
Que dice mucho, pero que en realidad no dice nada, porque si alguien te hace la pregunta: “¿Tu crees en el destino?” realmente no se muy bien que contestar, ni que pensar, ni que creer.
Y la trascendencia de esta palabra es aún mayor. Un locura. ¿cómo puedo creer o no creer en algo que no se muy bien que es?. Sí atiendo al sentido etimológico, si creo en el destino, pero si atiendo a su significado lingüístico, pues no.
¿Cómo una palabra puede significar algo y su contrario a la vez? Pues obviamente porque no está nada claro. ¿Qué es el destino? Y ¿crees en el destino? Es venir a decir, se donde estoy, pero no a donde voy.
Es mas sencillo trabajar sobre el día a día, el momento, el ahora. El mañana vendrá y dejar de pensar en el pasado mañana. No se si será el destino, o el no destino pero creo mas en que cada uno rige su vida, y que aquello, que no podemos controlar le llamamos destino, que es una palabra que podría decir cualquier cosa.
Por lo que en resumidas cuentas la respuesta mas clara sería: Manejo mi vida y lo demás se lo dejo al destino.
Genial. Por fin es lunes. Cambio de destino.

OP


lunes, 15 de octubre de 2018

LA SIGUIENTE ACCIÓN


Por fiiiiiiin es lunes. (накрая, днес е понеделник.)

¿Cómo puedo trabajar en un proyecto tan ambicioso que amenaza con desbordarme?.
En ocasiones hay determinadas situaciones que nos sobrepasan. A menudo es complicado alcanzar nuestro propósito de golpe. Puede parecer una misión hercúlea pero no lo es tanto si seguimos una secuencia de pasos sencillos:
1.      Describir la situación que tienes en la cabeza, pero entendiendo que debe ser alcanzable (con mayor o menor esfuerzo pero alcanzable), debe ser medible (de alguna forma que se pueda cuantificar), que sea de este mundo (la variedad de oportunidades en otros universos paralelos, es eso, oportunidades en otros planetas) y que sea tangible (que de alguna manera se pueda palpar, entiéndase esto como una prolongación de lo anterior). Por poner un ejemplo, quiero estar en forma… no sirve. Quiero ir a un gimnasio 3 veces en semana durante mínimo una hora hasta final de año. Eso si sirve.
2.      Describe en una sola frase cual sería la solución a tu deseo. Siguiendo con el ejemplo anterior. Necesito estar en forma si quiero correr en una maratón.
3.      De aquí pasamos al punto clave: la siguiente acción. ¿cuál sería la siguiente acción natural siguiendo este razonamiento?, es decir, una tarea específica y concreta que pueda hacer ahora mismo: “buscar horarios de gimnasio dentro de la zona donde yo vivo, y lo hago directamente con el teléfono para no esperar”. De ahí pasaríamos a la siguiente acción: “llamar”, y así sucesivamente hasta que no vemos en la ducha del gym.
4.      La ultima parte, y siempre dependiendo del tipo de objetivo que te hayas marcado, es interesante que todas esas respuestas las vayas apuntando puesto que la memoria, en ocasiones, es frágil. Esto además para refrescarte la memoria, te servirá como guía.
5.      Evalúa el tiempo necesario y el tiempo invertido en cada una de tus descripciones y verás que sencillo es.
Se trata pues de ir marcando un plan de pequeños hitos o paradas por las que necesariamente tendrás que ir pasando, que harán mas digerible y alcanzable lo que te propongas.
 Genial Por fin es lunes. Pensando ya en el siguiente.

OP


lunes, 8 de octubre de 2018

UN CUENTO CHINO


Por fiiiiiiin es lunes. (最後今天是星期一。)

“Hace ya mas de una semana que no se nada de ella. El teléfono aparece apagado desde el fin de semana. Siempre que intento comunicar con ella nunca lo consigo”. Esas fueron mis palabras
Salió muy airada del restaurante cuando le dije que no estaba de acuerdo en como se había llevado el tema. Esta no era la forma en que yo confiaba que se hicieran las cosas. Me sentía decepcionado y apesadumbrado a la vez.
Si había contratado los servicios de un profesional es porque necesitaba, y confiaba encarecidamente, en que se solucionara de forma inmediata, para no dar pie, a lo que finalmente ocurrió.
Si hubiera estado en su lugar en el momento correcto hoy no estaríamos así.

Lo cierto es que aquella mañana Hui Ying se había topado con una concatenación de situaciones y sucesos que poco hacía preveer el desastroso desenlace. Quizás si se hubiera levantado tan solo 10 minutos antes como era su costumbre, habría desayunado tranquilamente, y no habría derramado el café hirviendo sobre su pierna, lo cual, además de proporcionarle una incómoda quemadura, le supuso tener que perder otro precioso tiempo mientras se cambiaba de ropa. Salir tarde le hizo bajar las escaleras andando, mas bien corriendo, para no esperar que subiera el ascensor, “total eran solo 3 pisos”, pero esa apresurada carrera le hizo dar un pequeño salto que hizo doblar hacia fuera su tobillo. Si bien es verdad que no fue una lesión grave, si que le hizo perder nuevamente unos minutos preciosos mientras miraba y tocaba su dolorido tobillo.  Aunque en ese momento el dolor no era muy agudo, no podía caminar con normalidad, mucho menos correr. Cuando se acercaba a la parada del autobús que cogía cada día con puntualidad británica, pudo ver que el vehículo ya había llegado y estaba parado con los intermitentes esperando que la gente terminará de subir. Emprendió una atropellada carrera pero el dolor en su tobillo se incrementó exponencialmente lo que hizo que se detuviera de inmediato. Fue en ese momento cuando el autobús cerro sus puertas y emprendió la marcha. Aturdida, dolorida, y un poco nervioso rápidamente paro un taxi para intentar paliar la pérdida de tiempo. Ese tiempo que cuando se va ya nunca vuelva y que a veces, resulta imposible de recuperar. Su atropellado camino hasta ese momento hizo que, tras dar la dirección del juzgado al taxista, le comentó varias alternativas de trayectos cuyo único fin era reducir el tiempo en la marcha. El taxista le hizo ver que sus ideas no eran muy recomendables porque la hora punta es un momento complicaba todos los itinerarios posibles mal centro. No obstante ella se obstinó e insistió pero no fue buena ida. Con todo lo que llevaba hasta ese momento encima Hui Ying no iba a aceptar correcciones de nadie. Y se hizo lo que ella mandó. 5 minutos después estaba parada en un monumental atasco y con nulas posibilidades de avanzar en alguna dirección. Apenas tres minutos después salió apresurada del taxi, sin mirar abrió la puerta y un desquiciado motorista se topó de bruces con la puerta del taxi que se abría.
Ella literalmente salió huyendo, pese al dolor en su tobillo, y el susto en el cuerpo. Atrás quedaron los gritos del motorista apaciguaos dentro de su casco y el blasfemo resonar de los vocablos malsonantes del taxista.
A penas había 3 calles hasta el juzgado. Corrió con todas sus fuerzas, apoyando dolorida el pie sobre su maltrecho tobillo, hasta que llego a penas a 100 metros de su destino donde se encontró con una obra que le hizo retroceder y bordear hasta el paso de peatones anterior, para poder cruzar la calle y entrar en el tribunal.  
Rápidamente pasó el arco detector de metales con tanta prisa que olvidó coger su teléfono móvil. El guarida de seguridad salió corriendo detrás de ella y la alcanzó en la misma puerta, un tanto malhumorado le espetó que no le escuchara gritar avisándola. Ella sin mas cogió su teléfono en una mano y en la otra su maletín mientras como podía encaraba su toga para entrar. Y entró sin llamar lo que provocó una malhumorada respuesta en la juez Wei Shen. Le espetó en tono duro su forma de abalanzarse al juzgado.
Hui Ying se excusó intentando dar una entrecortada explicación que la juez Shen no escuchó. Su decisión ya había sido dictada. “Los hijos pasarían a vivir definitivamente con su madre”.

Aquello fue el momento estrella de aquella accidentada mañana. Varios meses de trabajo tirados a la basura, pero lo que era peor que un padre se quedaba sin su hijos al no encontrarse el abogado de la defensa presente en el momento de las apelaciones. Que desastre.
Hui Ying intentó darme miles de explicaciones y me pidió disculpas casi de rodillas, mientras sollozaba. Me siguió hasta el restaurante donde había quedado con mi hermano para almorzar. Su presencia me irritaba mucho en ese momento. Aturdido e incrédulo con lo que había ocurrido, le dije todo lo que pensaba, se dio la vuelta, y con los ojos llenos de lagrimas se retiró andando hacia atrás sin darme la espalda y sin dejar de mirarme, mientras sus labios susurraban un tenue “lo siento”.

Esta mañana sonó el timbre de mi puerta y dos policía sin uniforme se identificaron mostrándome su dorada placa y me preguntaron por ella. Desde aquel día nadie volvió a saber de Hui Ying. Lo que ocurriera a partir de ese momento sigue siendo un misterio.

A mí, todo aquello me sonó como a un cuento chino.
 Genial. Por fin es lunes. Cruentamente un cuento.
 
OP


lunes, 1 de octubre de 2018

LA ADMITANCIA


Por fiiiiiiin es lunes. (Τέλος, σήμερα είναι η Δευτέρα)

¿Cuantas veces has sentido la imperiosa necesidad de dejarlo todo para empezar de nuevo? Yo muchas, pero casi nunca lo hago. Solo en determinadas ocasiones he conseguido hacer frente a todos esos aterradores miedos que me asaltan, y siempre de la misma forma: saltando al vacío. Sin tener las cosas claras pero con muchas ganas de hacer algo nuevo.

Ojo! Que a cierta edad hay que poner agua en la piscina, o una red en el fondo porque según va pasando el tiempo en general, vamos estando mas algo y cuanto mas alto el golpe es mas alto, y tardamos mucho mas en recuperarnos.

Pues no. Ese es el pensamiento que mayoritariamente me asalta pero no es el real. Es verdad, es cierto que salir de la zona de confort a la que estemos acostumbrados resulta complicado, duro y en algunos casos incluso cruel con nosotros mismos pero sí tienes un problemo gordo de identidad, de necesidad de salir de tu monotonía o ya estás cansado de que siempre todo sigua igual no te queda otra que tirar para adelante, saltando sin pensarlo mucho. Siempre pongo el ejemplo de la hipoteca: ¿por qué nadie se lee la letra del contrato de una hipoteca? Simplemente porque si lo haces jamás lo firmarías. Los bancos o entidades crediticias ponen tal cantidad de salvaguardas para ellos (muchas abusivas) que si otorgaras una decisión racional a la firma, jamás lo harías. ¿qué es lo que ocurre entonces? ¿por qué se firman tantas hipotecas? Pues porque siempre lo hacemos desde el punto emocional: nueva casa, nueva vida, la familia, los amigos… yo que sé lo que tu quieras pero todas razones que podrían mover montañas pero que jamás aparecerían reflejadas en un contrato.

Esto es la admitancia, la forma amable de dejar entrar cosas en nuestra vida. No cerrarse en banda si no abrir la mente a lo que llega nuevo. Es como esperar que llegue un tren que nos lleve a donde solo nosotros queremos. Puede que nunca pase. De esta forma lo que haremos es tomar un tren al azar para disfrutar de lo que “nos venga”.

Todo en esta vida es mejorable, pero comparado siempre con lo que hicimos, no con lo que dejamos de hacer.
 Genial. Por fin es lunes. Qué entre… hasta la cocina.

OP