Por fiiiiiiin es lunes. (por fin ye llunes)
En realidad esto tiene que ver con nuestros
ancestros y con nuestro instinto de supervivencia. Todos los animales,
incluidos nosotros, lo tenemos desarrollado y se llama “miedo”. Nosotros, los
humanos, lo hemos evolucionado y ahora lo llamamos nervios pero en realidad es
miedo. Y cuando nos ponemos nerviosos, o sea con miedo, reactivan muchos
mecanismos químicos (generamos mas adrenalina, se activa nuestro sistema
nervioso…) y físicos (nuestro corazón se acelera para bombear sangre rápido y
poder llevar mas oxigeno a nuestro tensos músculos….) de nuestro organismo cuyo
objetivo final es mantenernos en alerta para poder reaccionar con rapidez.
Vamos que tener miedo nos pone en alerta, es decir, que tener miedo no es malo.
Pero esto que era y es muy efectivo cuando
tenemos una situación de peligro, se convierte en un verdadero incordio cuando
se trata de nervios ante tareas de nuestro día a día cotidiano como hablar en
público, una entrevista, o hacer una presentación, o llamar a una persona que
te gusta...
Pero lo bueno de todo esto es entender ese
origen. Tener nervios, antes algo incierto, es normal y bueno. Partiendo de ese
hecho entender que el miedo siempre surge ante lo desconocido. La mejor forma
de poder aminorar esos temidos nervios (nunca se podrán eliminar 100% de manera
natural) es entender cual es el motivo de nuestro miedo.
Y es ahí cuando podemos hacer frente a ello. Es
frecuente en nuestra sociedad moderna que estos nervios nos puedan llegar a
paralizar (bloqueo nervioso), y a esto ahora le llamamos procrastinar. Que no
es otra cosa que aplazar todo aquello que nos da miedo.
Sea cual sea tu reacción la única forma de poder
atajarlo es justamente conocer el origen. Hay múltiples fórmulas para aminorar
los nervios, siempre directamente relacionados con el problema raiz, pero casi
todas las soluciones pasan por tomar el
toro por lo cuernos, y enfrentarse al problema. Si bien es verdad, que no
siempre hace falta ir por la tremenda si no que requiere práctica, ensayo y formación
previa.
Por ejemplo el miedo escénico. Conozco gente que
lleva toda la vida subida en los escenarios y justo antes de salir están nervioso,
es normal, pero solo es la práctica, la repetición, lo que se llama la
experiencia lo que nos da esas ciertas tablas que hace que nuestros nervios
disminuyan ante cualquier miedo. Eso nos pasa a todos, cuando hemos repetido
algo 1000 veces, lo habitual es que ya no nos pongamos nerviosos.
Es verdad, que la primera vez, siempre es la que
mas cuesta pero también es verdad que cuando algo lo hemos ensayado hasta la
saciedad, los nervios “casi” desaparecen y nos preguntaremos nervios ¿por qué?
Genial. Por fin es lunes. …. hasta la saciedad.
OP