lunes, 25 de julio de 2011

HOY NO HE DORMIDO SOLO


Gooooooooooooood Moooooooooooorning Vietnam!!
Por fin es lunes.

Esta noche, fue una de esas noches que tardaré en olvidar. Tanto por intensidad como por movidita.
Empezó en la terraza. Yo tomaba un refresco tranquilamente y creo que se coló en mi vida sin darme cuenta. El caso, es que no sé muy bien cómo acabó en mi habitación.
Sería como las dos de la mañana cuando empecé a sentir un picorcillo en la pierna que rápidamente torno en dolor intenso hasta el punto de despertarme. Ahí empezó la odisea. Encendí la luz, pero no estaba ¿estaba soñando?
Apagué la luz consternado y abatido, con una sensación molesta. Dormitado y cabreado por el dolor, eso estaba claro.
Apenas habían pasado cinco minutos cuando de nuevo sentí su presencia. Empecé a inquietarme, aquello no sería una noche tranquila. En estas situaciones lo mejor es no caer fruto del pánico… pero podía sentirlo de forma clara. Como un acto reflejo instintivo, y por qué no decirlo, de forma infantil me tapé con la sábana.
Rápidamente entendí que no serviría de nada. Presupongo que tiene una inteligencia superior a la mía y eso me hace más vulnerable. En esos momentos mi valor era cero y mi determinación casi nula. Encendí la luz, me levanté, estuve mirando pero… nada, no había nada. Repetí esa operación varias veces hasta que extenuado y vencido caí dormido.

Esta mañana amanecí pronto y no constaté que no había sido un sueño… allí estaba, con su cabeza apoyada en mi almohada. Feo y malcarado. Como de unos 25cm. Era una mosquito de unos dos kilos que dormía en mi cama. Podía ver su cara de satisfacción tras el aquelarre. Lentamente intenté incorporarme aunque claramente aturdido y debilitado por la falta de sangre tras el ataque del insecto vampiro. Dicen que quien pica son los mosquitos hembras, que te extraer la sangre hasta que la víctima no puede  más… supongo que si tuvieran mayor tamaño acabarían viviendo en casa.
Miré mi pierna y vi una roncha del tamaño de un melón. Que picor… comencé a rascarme como intentando encontrar algo dentro. Tanto rasqué que casi termino afilándome las uñas.
Lo volví a mirar y me entró un raro sentimiento. No sabía si acabar con él o ponerle nombre y adoptarlo. Al fin y al cabo era sangre de mi sangre. Afortunadamente pensé con frialdad y… fruto de la ira y los picores decidí acabar con él. Cuando me incorporé se despertó y rápidamente salió volando. Le perseguí chancla en mano por toda la habitación haciendo alarde una de una inexistente destreza hasta que… se quedó inmóvil sobre mi blanca pared.
En ese momento me abalancé sobre él con todo mi odio y… acerté.
Genial. Ahora tengo una mancha de sangre de, más o menos, un metro sobre la pared, pero me siento bien, incluso le he puesto la fecha debajo para recordar. Cuando he vuelto de desayunar he visto que habían dejado algunos ramos de flores junto a la mancha…

Genial. Por fin es lunes. Toda la semana por delante para disfrutar de los placeres del veranito.

OP