Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.
Ese es el objetivo de cada día, de cada semana, de cada año, de prácticamente
toda la vida…. Si que es fácil de decir pero ... ¿cómo? Esa es la pregunta que
todos nos hacemos.
La vida tiene la peculiaridad de darnos la vuelta a situaciones que
consideramos correctas en un instante. Perder un ser querido, un amigo, una
pareja, un cliente… puede ser una situación desestabilizadora que logra hacernos
perder el control de la circunstancias en nuestro universo personal.
Y esto no se puede controlar o ¿sí?. Uno de los errores más
habituales, por no decir, el error que cometemos todos siempre es que nos
sentimos con capacidad de gestionar asuntos que no son atribuibles, en muchas
circunstancias, a nosotros. Es decir, lo único que si podemos controlar, somos
a nosotros mismos, y nuestros actos. Perece una perogrullada pero es la verdad.
Yo no puedo evitar perder un cliente, o ¿sí?, yo no puedo evitar perder una
parejea ¿o sí?. Yo no puedo perder un ser querido ¿o sí?. Obviamente hay cosas
que se nos escapan pero para no perder el control de la situaciones rápidamente
tenemos que situarnos en nuestro contexto y descubrir qué es lo que podemos o
no hacer ante esa situación determinada, y en qué grado depende la posible
solución de nosotros mismos.
Y si realmente no podemos hacer nada, pues pasemos a otra cosa.
Pasemos al siempre olvidado plan B. Eso de tener siempre en la cabeza una
segunda opción por si acaso las cosas no salen como nosotros pensábamos es lo
que nos permitirá siempre mantenernos under
control (bajo control), que dicen los americanos, de nuestro
entorno.
Fundamental es, siempre acercar esta nueva situación a algo sobre lo
que nosotros podamos actuar directamente y teniendo en mente una plan b por si
la acción principal fracasa.
Dicho de otra forma, sí de verdad he hecho todo lo que estaba en mi
mano por no perder a mi cliente y al final se ha ido a trabajar con la
competencia, pues tendré previsto un plan de contingencia para evitar el
descalabro financiero consecuencia de la pérdida de un cliente mientras empiezo
a ejecutar el plan b de búsqueda de nuevos clientes que reemplacen el cliente
perdido. Todo esta acción minimaliza el impacto y me permite seguir controlando
mis propias circunstancias sin tener esa sensación de pérdida de control.
Imagina que no lo haces de esta forma y un buen día pierdes uno de tus clientes
principales…
Genial. Por fin es lunes. Todo bajo control.
OP
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