lunes, 10 de noviembre de 2014

UNDER CONTROL


Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.

Ese es el objetivo de cada día, de cada semana, de cada año, de prácticamente toda la vida…. Si que es fácil de decir pero ... ¿cómo? Esa es la pregunta que todos nos hacemos.

La vida tiene la peculiaridad de darnos la vuelta a situaciones que consideramos correctas en un instante. Perder un ser querido, un amigo, una pareja, un cliente… puede ser una situación desestabilizadora que logra hacernos perder el control de la circunstancias en nuestro universo personal.
Y esto no se puede controlar o ¿sí?. Uno de los errores más habituales, por no decir, el error que cometemos todos siempre es que nos sentimos con capacidad de gestionar asuntos que no son atribuibles, en muchas circunstancias, a nosotros. Es decir, lo único que si podemos controlar, somos a nosotros mismos, y nuestros actos. Perece una perogrullada pero es la verdad. Yo no puedo evitar perder un cliente, o ¿sí?, yo no puedo evitar perder una parejea ¿o sí?. Yo no puedo perder un ser querido ¿o sí?. Obviamente hay cosas que se nos escapan pero para no perder el control de la situaciones rápidamente tenemos que situarnos en nuestro contexto y descubrir qué es lo que podemos o no hacer ante esa situación determinada, y en qué grado depende la posible solución de nosotros mismos.
Y si realmente no podemos hacer nada, pues pasemos a otra cosa. Pasemos al siempre olvidado plan B. Eso de tener siempre en la cabeza una segunda opción por si acaso las cosas no salen como nosotros pensábamos es lo que nos permitirá siempre mantenernos under control (bajo control), que dicen los americanos, de nuestro entorno.
Fundamental es, siempre acercar esta nueva situación a algo sobre lo que nosotros podamos actuar directamente y teniendo en mente una plan b por si la acción principal fracasa.

Dicho de otra forma, sí de verdad he hecho todo lo que estaba en mi mano por no perder a mi cliente y al final se ha ido a trabajar con la competencia, pues tendré previsto un plan de contingencia para evitar el descalabro financiero consecuencia de la pérdida de un cliente mientras empiezo a ejecutar el plan b de búsqueda de nuevos clientes que reemplacen el cliente perdido. Todo esta acción minimaliza el impacto y me permite seguir controlando mis propias circunstancias sin tener esa sensación de pérdida de control. Imagina que no lo haces de esta forma y un buen día pierdes uno de tus clientes principales…

Genial. Por fin es lunes. Todo bajo control.

OP




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