lunes, 18 de agosto de 2014

EL AIRE ENGORDA



EL AIRE ENGORDA
Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.

Como lo oyes. El aire engorda. Y lo peor… no es broma.
Llevaba razón Michael Jackson cuando se tapaba la boca con una mascarilla para no respirar el aire de la calle.
Desde hace tiempo todos hemos empezado a engordar, yo el primero, pese a que nuestra alimentación siguen siendo la misma. Siempre hemos pensado en muchas razones, poco ejercicio, comidas opulentas, dieta desequilibrada… pero resulta que esto no queda aquí.

El origen parece estar en ciertos productos químicos a los que estamos expuestos de forma habitual están envenenando nuestro sistema de control de peso, lo que daña nuestra habilidad para perder peso, que se junta con que cada vez nuestros alimentos son de menor calidad con menos vitaminas y minerales debido a que el nuestro suelo tiene cada vez menos nutrientes. El descubrimiento vino hace unos años cuando se empezó a observar en animales que engordaban pese a no haber modificado sus hábitos de vida, ni de alimentación.

A estos  ciertos productos químicos se les ha denominado Obesógenos, que son sustancias químicas que interfieren en nuestro sistema hormonal causando alteraciones a todos los niveles de nuestro metabolismo. Los obesógenos son en su gran mayoría xenobiótivos, es decir, compuestos cuya estructura química es inexistente o poco frecuente en la naturaleza ya que han sido creados por el hombre en laboratorios.
Según explica el Dr. Garcia Mayor en su artículo Disruptores endocrinos y obesidad, obesógenos, hay suficientes evidencias para afirmar que los tóxicos ambientales pueden ser la causa de la prevalecía de obesidad.
Una verdadera faena porque no podemos dejar de respirar.

Ni os molestéis en buscarlos porque os amargaréis. Existen evidencias de que muchos de los alimentos que tomamos habitualmente están en contacto con obsógenos como las legumbres y verduras, a través de los propios, nutrientes y abonos de la tierra o pesticidas. O en los pescados a través de desechos contaminantes vertidos al mar, o en la propia soja, o en productos cotidianos como el revestimiento de la mesa donde trabajas, o la tinta del ticket de la compra del super...
Son productos que hasta ahora no se consideraban nocivos porque no producen cáncer pero… nos ayudan a engordar

En resumen. Hoy en día estamos expuestos a multitud de agentes que están haciendo que nuestros cuerpos evolucione hacia un formato de silueta óvalo (que diría Cris Chicote).
Pues bien, enhorabuena a todos, porque de hoy y en adelante disfrutad con tranquilidad comiendo (siempre con moderación) lo que queráis porque ya no va de eso el tema. Una cosa menos de que preocuparse.

Conclusión: Respiro luego engordo. Tranquilidad pues.
Genial. Por fin es lunes. Engordando.

OP


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