Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por
fin es lunes
¿Cómo dice? Pero si acabo de llegar.
El aroma a espeto y sal recién hecho en la
barbacoa de Mauro, el chiringuito de playa que había colocado aquella grasienta
y oxidada rejilla a modo de barbacoa encima de la vieja barca del abuelo León
repintada en blanco y azul, que aún contaba con su vieja matrícula que Luis
Mariano, que es como en realidad se llama Mauro, se había esmerado en pintar a
mano.
Quedaba patente sus habilidades manuales, porque
además de aquel tenderete improvisado para hacer las grandes sardianas, que en
esta parte se denominan espetos, y alguna que otra carne, había ideado un toldo
con las viejas redes de pescar también del abuelo sobre cuatro largos
travesaños de madera, sobre los cuales había añadido unas vides de las que,
además de espesas y verdes hojas de parra que dejaban pasar la luz con suavidad,
nacían frondosos racimos de uvas blancas. El resultante era una agradable
sombra natural y como se dice ahora muy ecológica.
Las paredes del viejo chiringo encaladas en
blanco con una enormes contraventanas de maderos azulones que solo se cerraban
durante el invierno, asemeja el suave blanco brillante de la fina arena de la
playa y el azul turquesa de la mar. De fondo ese contenido y rítmico rumor de
las olas rompiendo en la playa que se entremezclaba con el vibroteo bullicioso
de los niños que juegan y la música estivalera que sonaba en armonía monocanal
desde un viejo baffle clavado en lo alto de uno de los travesaños.
Sentado en una pequeña silla de madera y mimbres,
dando rienda suelta al paladar, entremezclando el suave dulzón una copa de vino
blanco Sauvignon, que Mauro se empeñaba con esmero en enfriar hasta el punto
casi de congelación, pero que al entrar en la garganta refrescaba por entero
con una muy agradable sensación de afrutado, en la mano derecha y unas
almendras tostadas con sal en la otra.
Contemplando la suave línea del horizonte y
dejando pasar el tiempo irremediablemente.
Y en aquel momento un Municipal, de los de ahora,
que tiene más formación pero menos modales me invitó a romper mi momento
evasión: “por mi seguridad”. ¿Cómo dice?
Pero si acabo de llegar le contesté. Pero el insistió argumentando que en breve
llegaría una “personalidad” para inaugurar un entrada para minusválidos en la
playa y debería estar todo despejado.
“Llevan
todo el año jodiéndome y ahora pretenden joderme mi momentazo de vacaciones”.
Estos políticos: pensé.
Pero este país es así, lleno de grandes
contrastes.
Me fui porque como estamos de vacaciones no te
apetece discutir y así es como encontré “can Mari”. Que pasó a ser como su propio
nombre indica mi “casa”… pero eso es otra historia.
Genial. Por fin es lunes. Lunes tranquilo.
OP
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