CADA LUNES… UN RETO

Por fin es lunes.

Hoy me he levantado y  he pensado en lo duros y sosos que eran antes mis lunes por la mañana ¿y qué ha cambiado ahora?... pues no lo sé pero los lunes no han variado mucho porque siguen estando después del domingo y justo al comienzo de la semana… ¿entonces? seré yo.

Antes me generaba estrés la llegada de la semana laboral y arruinaba muchos de mis domingos sólo pensando en lo que me esperaba el lunes.

Un día me dio por variarlo todo. Gran idea. ¿Y si me anticipo y empiezo la semana laboral adelantado cosas el sábado? más relajado, pensé… tranquilamente porque también debo hacer aquello que no tuve tiempo entre semana ¿y el domingo? improbable, necesito descansar… conclusión estaba deseando que llegara el lunes para poder hacer todo lo que no me había dado tiempo durante el fin de semana. Lo sé… con tratamiento y medicación se me pasó.

Luego probé con  “Alegrín 500” que me funciona  fenomenal los viernes por la tarde, pero no tiene ningún efecto los lunes por la mañana.

Ahora le echo valor y cada lunes un reto. Los lunes “cambio mi careto por un reto”. Me desafío a mí mismo. El reto que yo quiero. Siempre son posibles. He descubierto que me entusiasmo muchísimo con esas pequeñas cosas. Mis pequeñas cosas.

Me imagino cómo cumplirlos y me doy de plazo hasta el viernes. Unas veces son regalos que me debo (un paseo conmigo mismo por ese parque en el que tanto disfruto de sus aromas, o un paseo con alguien que me apetece, o ver una película o mi película, o una conversación pendiente, o simplemente escuchar cuando sé que lo necesita), otras veces son cosas que disfruto pero que no sé muy bien porqué siempre dejo para más tarde (leer ese libro que tanto me interesa y que sigue cogiendo polvo, encontrar esa canción que escuché y que tanto me emocionó, cocinar esa receta que tanto me apetece y que seguro me encantará) … otras veces, algo tan sencillo como llamar a un amigo para comer.

Se trata de crear momentos…instantes…tiempo que me llena.

Quizás sencillo. Seguro intenso.

¿Cómo me siento cuando llega el viernes y lo he cumplido? Genial. Me hace ser yo. Plena satisfacción. ¿Y si no? No pasa nada, pero pierdo un instante.

Planifico nuevos retos cada fin de semana y espero al lunes para empezar a cumplirlos.  Instituyo que me estoy enganchando porque además de uno cada semana, empiezo a hacer también uno al mes y con un poco más de desafío… es cuestión de entrenamiento… es cuestión de empezar… y sobre todo es cuestión de disfrutar.

No hay nada en mi camino que lo impida y sé que la suma de mis retos construye mi historia.

Genial. Por fin es lunes. Un nuevo reto y toda una semana por delante.

OP