lunes, 12 de febrero de 2018

LA FÓRMULA DEL FRACASO


Por fiiiiiiin es lunes. (por fin, hoxe é luns)

Lo más dramático de descubrir lo que quiere la gente, es que lo quiere es todo.
Cada vez que los clientes adquieren un producto o servicio están decidiendo que es lo que en realidad tiene mas valor para ellos, sobre cualquier otro producto o servicio similar que puedan adquirir con su presupuesto.

Por eso es importante entender cuales son los factores más importantes a la hora de desarrollar un producto o servicio y siempre centrados en el desarrollo del propio producto no en las apetencias individuales porque es técnicamente imposible adaptarse a todos los clientes.
Herver Bayard Swope, un periodista que ganó el premio Pulizter en una entrevista le preguntaron qué cuál era el secreto del éxito. Él contesto en todo muy irónico: “no puedo darles una fórmula para el éxito a prueba de bomba, pero sí puedo darles la fórmula del fracaso: intentar complacer a todos”.
Tengo que reconocer que esa frase me marcó cuando la escuché por primera vez (aunque, para ser sincero, he tirado de Google porque no me acordaba que quien la había dicho) y siempre la he tenido en consideración porque es técnicamente imposible agradar a todo el mundo. Si no, mira a tu propia familia. Hagas lo que hagas siempre habrá alguien que no estará de acuerdo o no lo entenderá… y estamos hablando de gente que te quiere y te aprecia, imagina si ni siquiera te conocen.

Por este motivo es trascendental centrarte en el valor del propio producto o servicio y que sea la gente, el público, los usuario los que decidan si es adecuado para ellos o no.
Es importante hacerse algunas preguntas.
¿Puedo confiar en ello para hacer lo que quiero? ¿me sirve para lo que yo necesito?
¿Funciona bien? ¿es sencillo o complicado?
¿Es fácil de aprender a usarlo? ¿Cuánto esfuerzo requiere para usarlo?
¿Qué beneficios ofrece? ¿Qué saco yo?
¿Es rápido o lento de conseguir? ¿Cuánto estoy dispuesto a esperar para tenerlo?
¿Cómo influye en la imagen que tienen los demás de mi? ¿me ayuda a mejora? Estatus
¿Cómo me hace sentir esto? ¿Cambian mis sensaciones al usarlo? Sentimiento
¿Es estético? ¿es atractivo? ¿es de diseño?
¿Cuánto estoy dispuesto a pagar por ello? ¿Qué sacrificio estaría dispuesto a hacer para tenerlo o usarlo?

Fiabilidad, eficacia, usabilidad, velocidad, prestaciones, beneficios, estatus social, sentimientos, sensaciones, estética y coste. Esto último determina muchas de las otras variables. Nuestro nivel de exigencia aumenta cuanto mas pagamos, pero al igual nuestro nivel de sacrificio. Muchas veces pagamos un poco mas por tener “esto” o “aquello” que está de moda.

Por eso es tan complicado entender qué es lo que la gente quiere, pero no imposible. Tan solo hay que preguntar y escuchar… y sobre todo hacerse la preguntas correctas. Entendiendo que si nuestro producto o servicio falla en algunas de las cuestiones anteriormente descritas, tenemos que repensar, o rediseñar, hasta estar contentos con el resultado.
Genial. Por fin es lunes. Fácil, fiable y rápido … de momento.

OP


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