lunes, 1 de octubre de 2018

LA ADMITANCIA


Por fiiiiiiin es lunes. (Τέλος, σήμερα είναι η Δευτέρα)

¿Cuantas veces has sentido la imperiosa necesidad de dejarlo todo para empezar de nuevo? Yo muchas, pero casi nunca lo hago. Solo en determinadas ocasiones he conseguido hacer frente a todos esos aterradores miedos que me asaltan, y siempre de la misma forma: saltando al vacío. Sin tener las cosas claras pero con muchas ganas de hacer algo nuevo.

Ojo! Que a cierta edad hay que poner agua en la piscina, o una red en el fondo porque según va pasando el tiempo en general, vamos estando mas algo y cuanto mas alto el golpe es mas alto, y tardamos mucho mas en recuperarnos.

Pues no. Ese es el pensamiento que mayoritariamente me asalta pero no es el real. Es verdad, es cierto que salir de la zona de confort a la que estemos acostumbrados resulta complicado, duro y en algunos casos incluso cruel con nosotros mismos pero sí tienes un problemo gordo de identidad, de necesidad de salir de tu monotonía o ya estás cansado de que siempre todo sigua igual no te queda otra que tirar para adelante, saltando sin pensarlo mucho. Siempre pongo el ejemplo de la hipoteca: ¿por qué nadie se lee la letra del contrato de una hipoteca? Simplemente porque si lo haces jamás lo firmarías. Los bancos o entidades crediticias ponen tal cantidad de salvaguardas para ellos (muchas abusivas) que si otorgaras una decisión racional a la firma, jamás lo harías. ¿qué es lo que ocurre entonces? ¿por qué se firman tantas hipotecas? Pues porque siempre lo hacemos desde el punto emocional: nueva casa, nueva vida, la familia, los amigos… yo que sé lo que tu quieras pero todas razones que podrían mover montañas pero que jamás aparecerían reflejadas en un contrato.

Esto es la admitancia, la forma amable de dejar entrar cosas en nuestra vida. No cerrarse en banda si no abrir la mente a lo que llega nuevo. Es como esperar que llegue un tren que nos lleve a donde solo nosotros queremos. Puede que nunca pase. De esta forma lo que haremos es tomar un tren al azar para disfrutar de lo que “nos venga”.

Todo en esta vida es mejorable, pero comparado siempre con lo que hicimos, no con lo que dejamos de hacer.
 Genial. Por fin es lunes. Qué entre… hasta la cocina.

OP


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