Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.
Hace tiempo que descubrí en mis propias carnes que la envidia existe.
Y… la envidia sana no existe.
La envidia siempre es mala, muy mala porque tiene un componente de frustración
y sufrimiento, tanto para el que la tiene como para el/la envidiado/a porque
genera hostilidad, rencor y malestar. Puede ser simple o compleja, consciente o
inconsciente pero lo que nunca es buena.
La causa de la envidia es la inmadurez o una baja autoestima, es un
deseo insatisfecho pero que no se sabe o no se puede desarrollar. La envidia
está muy vinculada con el narcisismo desde el punto de vista que aquellos que
sufren de envidia (porque esto es un sufrimiento para los que lo padecen) porque
ansían destacar, aparentar, ser el centro de atención en cualquier
circunstancia. No es que el los demás tengan cosas que el envidioso desea. Es
que las desea porque los demás las tienen. Es como un niño caprichoso. Y eso
inevitablemente quebranta su propia felicidad. Es infeliz de envidia.
La
envidia. Eso que los animales no tienen. Los animales no se
comparan entre sí, ni ansían tener lo que sus congéneres tienen. Por eso son
felices con lo que tienen. Por lo tanto intenta mejorar tu vida restando
envidias sobre los demás. Aumenta tu autoestima evitando comparaciones,
especialmente las desfavorables (por norma nos solemos fijar en aquellos que
tienen mas que nosotros pero no vemos aquellos que tienen menos). Evita deseos
que a priori sepas irrealizables, o piensa que la mayoría de las veces las
cosas no son lo que parecen.
Muchas veces la envidia viene derivada de nuestra propia imaginación
porque engrandecemos a personas, situaciones… que en realidad están dejos de
ser como pensamos. “Los ricos también
lloran”.
Y si eres tu quien genera envidias en determinados círculos por lo que
haces o por lo que tienes, el antídoto es muy sencillo: practica la humildad.
Genial. Por fin es lunes. A por otra semanita.
OP
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