Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.
Tu postura corporal cambia con el paso del tiempo. Dice la leyenda que
por el peso y responsabilidades que llevamos encima, pero… eso es solo una
leyenda. La realidad es que el cuerpo empieza a agarrotarse, los músculos se
tensan y, aunque nuestra estructura ósea se mantiene, todo lo que lo rodea
empieza a deteriorarse.
No es malo. Todo lo contrario. El paso del tiempo significa muchas
cosas positivas pero… hay que empezar a cuidarse, o más que cuidarse lo que en
realidad hay que empezar a modificar y adaptar nuestros hábitos de conducta
porque el cuerpo ya no responde de la misma forma. Esto suele ser un error
bastante habitual. Intentar hacer cosas que hacíamos cuando teníamos otra edad.
Eso no funciona. Por eso aparecen las lesiones crónicas.
El cuerpo no deja de ser una máquina, muy perfeccionada pero una
máquina, que con el uso y con el tiempo se desgasta. Y como cualquier otra
máquina cuanto más horas de uso más deterioro.
Pero al contrario de otras máquinas es que nosotros, los humanos con
el tiempo, consumimos menos energía. Es decir, nos volvemos como un motor
Diesel. Podemos hacer los mismos kilómetros pero nuestro consumos es menor.
Esto es debido a que la intensidad de nuestro metabolismo es menor y requiere
de menos calorías diarias. Esta es la razón por la que comiendo siempre lo
mismo con la edad se engorda.
Pero no todo es tan malo, sobre todo si disfrutas comiendo, porque hay
mas cosas ciertamente positivas y es que la experiencia, la sabiduría, la
templanza son virtudes todas ellas que también llegan con la edad.
Sentirse bien con una mismo. Sentirse vital. Estar sano y en pleno
rendimiento, al final es una cuestión mental. El cerebro es quien manda, hasta
límites sorprendentes e insospechados para muchos. Y entender eso poco a poco
también te lo da la edad. Ser joven no es cuestión de edad, es cuestión de
actitud, de mentalidad. ¿quién no conoce algún viejuno (gente joven con espíritu de viejo) verdad?. Es el espíritu
joven lo que nos hace cambiar, superar, avanzar. Sentirnos jóvenes, como niños.
Independientemente del número de años que tengas. Algo que científicamente tocó
el Dr. Eric Berne en su análisis transaccional.
Vamos, que al final da un poco igual lo que comamos, donde vivamos,
con quien vivamos, lo que hagamos, lo que hayamos conseguido, lo serenos que
estemos… y miles de cosas mas, simplemente nuestra capacidad depende
directamente de muestra propia mentalidad.
Algo que sabía muy bien por su experiencia el Dr. Viktor Frankl que
sobrevivió a tres campos de concentración nazis
(Auschwitz, Kaufering y Türkheim) y que dejó plasmadas su experiencia
en su libro: El hombre en busca de
sentido.
La vida no funciona si no tiene un sentido lo que hacemos.
Genial. Por fin es lunes. Todo con un sentido.
OP
No hay comentarios:
Publicar un comentario