Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.
Sí bien es verdad que cada día me pongo nuevas tareas por delante, no
siempre consigo hacerlas.
Esto es el “pan nuestro” de cada día, lo habitual, la rutina, un
devenir cotidiano.
Y he intentado casi de todo, desde ponerme un calendario delante,
hasta atarme muy fuerte los zapatos para acordarme de hacer algo antes de desatármelos
pero… siempre se queda algo sin hacer.
Quizás uno de los problemas sea ese, que muchas veces me pongo
demasiadas tareas al día. Esto me
llena de energía (al principio) pensando en todo lo que tengo por delante me
motivo y me vengo arriba pero … siempre se queda algo por hacer… y produce en
mi el efecto contrario.
¿Acaso son muy exigente comigo mismo? Pues igual sí, pero muchas veces
no queda más remedio que hacer todo lo que uno tiene que hacer, muchas de las
obligaciones son impuestas, pero… es lo que hay, no podemos cambiarlo.
Un buen día, aturdido por tanta cosa pendiente, mi lista de to do parecía el ticket de la compra
del supermercado, y la verdad es que me deprimí, pero me acordé de aquello que
una vez me contaron: ¿cómo te comerías un elefante? Pues a cachitos.
Eso es lo que hice, y ahora, en cuanto se me presenta una situación
sobre la considero que me sobrepasa, voy poniendo alarmas de ½ hora en el
teléfono. Al final el resultado es como ir poniendo cada día unos ladrillos, al
final de un mes, tienes un muro.
Es por eso que esa necesaria autoexigencia es en esencia un exigencia por
tramos.
Genial. Por fin es lunes. Muchas cosas están cambiando y queda todo
por hacer.
OP
No hay comentarios:
Publicar un comentario