Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes
Actividad
frenética cada día. Multitareas impuestas sin sentido. Que locura. Atrapado sin
salida en la tecnología. No existe el mundo sin Internet. Enganchado a las redes
sociales. Incesante. Una vida delirante. No puedo recordar con claridad lo que
hice hace media hora. No más de 10 minutos haciendo lo mismo. Comprobar
constantemente el email o los mensajes. Adicto a las noticias. Sin tiempo
para lo más simple. Imposible parar el cerebro que va muy, muy rápido. Ritmo
vertiginoso. Se complica cada decisión, cada problema. Dificultad límite. En
demasiadas direcciones a la vez. Imposible aquietar la mente.
Parar.
Cerrar los ojos y el oído para evitar interrupciones. Respirar pausada y profundamente,
con ritmo. Defender ese momento contigo mismo. Tranquilo. Dando tiempo al
tiempo. Pensando en todo lo que quitar para limpiar la aturullada mente.
Planificar el finito tiempo dando a cada cosa su valor. Eliminando actividades
innecesarias e inútiles. Valorar. Montar cada día, hora a hora, minuto a
minuto. Planificar lo más sencillo como la ropa que me pongo para luego dedicar
todo el cerebro a lo realmente importante. Dar más tiempo = mayor valor.
Dedicar esfuerzo sabiamente es no caer en la trampa de la inmediatez, y no
añadir más “cerebro
de mono” a tu día.
Se ha demostrado
que un cerebro hiperactivo genera alta frecuencia de ondas cerebrales Beta,
pero es más fácil resolver problemas difíciles y tomar decisiones importantes
en las frecuencias más bajas del cerebro. Las frecuencias beta de alta gama son
las que se denominan como el estado de “cerebro
de mono” por lo que para escapar de este síndrome hay que reducir la
frecuencia de onda cerebral.
Genial. Por fin es lunes. ¡Qué mono!
OP
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