Por
fiiiiiiin es lunes. (karshe
shi ne Litinin)
Siempre me he preguntado qué es lo
que tengo que hacer para ser bueno, o ser mejor, o hacerlo mejor.
Para empezar debo entender qué es
bueno, qué es malo y dónde está la medida. Quizás mi grado de autoexigencia sea
muy bajo para algunos o muy alto para otros.
No se trata de ser el mejor pero si
de hacer las cosas de forma óptima para ti, y para el resto de gente. El
objetivo es buscar la perfección, aunque eso no existe, y si existe es muy feo,
por eso hablamos de excelencia.
La
excelencia no es otra cosa que, como dice su propia definición, superior
calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo, la búsqueda de algo singular que es apreciado por todos y por
uno mismo en primer lugar.
Cuando buscamos
la excelencia, hacemos las cosas bien sin ninguna excusa, sin dejar nada a
medias y saliendo de la mediocridad.
Buscar la
excelencia es un reto personal con uno mimo que nos impulsa a ser mejor cada día.
No se trata de competir con otros, si de competir con nosotros mismos para
superarnos. Proponernos un reto que nos ayude a crecer y a llegar más lejos.
Y hay un pequeño
secreto para conseguirlo: solo conseguimos la excelencia cuando amamos lo que
hacemos. La pasión por algo hace que movamos
montañas. Nos motiva, nos da ánimo y fuerza para, no solo alcanzar aquello
que deseamos, si no también para que mejoramos.
Por lo tanto la excelencia es cuestión de amor.
Genial. Por fin es lunes. Excelente.
Ama lo que haces.
OP
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