lunes, 18 de julio de 2016

¿ERES UN SIN VERGÜENZA?


Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.


Probablemente en mas de una ocasión has sentido vergüenza, pudor, timidez… o algo así. Ese rubor que te invade bien por algo que te ocurre directamente, bien porque sientes vergüenza ajena.

Se sabe que físicamente la vergüenza recae sobre una parte del cerebro, mas concretamente en la corteza pregenual anterior, porque esa parte se activa cuando sentimos vergüenza. Esto a su vez se traduce en aumento de la respiración y el pulso, provocando el aumento de la presión sanguínea que el cuerpo alivia mediante la vasodilatación periférica que es lo que hace que sonrojemos o mas conocido como rubor, ponerse “colorado”.

Psicológicamente es el miedo que sentimos hacia una valoración negativa sobre uno mismo, es decir, que sentimos vergüenza porque nos da aprensión no saber que piensan o pensarán los demás de nosotros.

¿Eres un sin vergüenza? Pues no está clara la cosa sobre el origen, porque hay estudios que dicen que en algunas personas el cerebro actúa de forma independiente ante estímulos. Vamos que sentimos vergüenza sin saber bien por qué.

Lo que si se ha aclarado es que parte de esos miedos surgen en la infancia y dependen directamente de la educación que estemos recibiendo, estando directamente relacionado con el aprendizaje del lenguaje no verbal.

Sea lo que sea la vergüenza esta relacionada directamente con nuestros miedos por lo que la solución es sencilla: enfrentarte a esos miedos una y otra vez.

En muchas de las personas con las que he trabajado (sobre todo adolescentes que tienen con un mayor grado de inseguridad personal) el echo de enfrentarse de manera rutinaria refuerza su autoestima y hace que el miedo prácticamente desaparezca o se reduzca a unos instantes previos al echo en sí. Por ejemplo en el caso de hablar en público, o lo que se denomina miedo escénico, se contrarresta con pautas de actuación previas y enfrentándose una y otra vez al público. Aumenta la seguridad sumado a la cotidianidad hace que la vergüenza desaparezca.

Así que: sí, podemos ser unos sin vergüenza. Solo es cuestión de método, trabajo y repetición.

Genial. Por fin es lunes. Sin vergüenza.
 
Foto de la Vergüenza

OP


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