Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.
Relajado y sugerente. Sensual y escandaloso. Bochornoso y apetecible.
El largo y cálido verano emerge como un mundo de vivencias posibles. Frenesí y
paz concentrado en el mismo día. Profuso en acontecimientos que dan pie a una
calma total. Pasar el verano en un lugar junto al cielo, en la ciudad, en la
montaña o en la costa junto a la mar. Es más cuestión de decisión, de ánimo, de
intención, más que saber hacer, saber querer.
El día es más largo pero se hace más corto. Las noches son más cortas
pero sabemos como alargarlas. Curiosidad perturbadora e insistente por exprimir
al máximo todas las posibilidades que se brindan al alcance de nuestra mano, que
no son pocas. Sentirse dichoso y afortunado es cuestión de designio.
Pero todo esto está en lucha con el sofocante calor. El profundo sopor
que invade la atmósfera que recarga hasta el más sencillo e incrustado de los
rincones. Y salir de ahí es meramente una exhausta empresa que comienza con
limpio aliento pero que se vuelve un feroz esfuerzo y una desgana extrema al
intentar poner un pie en la calle.
Vamos, que está el verano que arde (literalmente) y que por mucho que
hay que hacer entra la pereza y te quedas acoplado bajo en aire acondicionado
y, solo y sí, cuando es mandatario uno hacer el real esfuerzo de salir.
Pereza
de verano. Todos los años lo mismo. Que calor! Debería estar ya acostumbrado.
Genial. Por fin es lunes. Que sí, que si hay que ir se va.
OP
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