lunes, 16 de febrero de 2015

COMUNICACIÓN EFICAZ


Gooooooooooooood Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.

Por algún motivo que se me escapa siempre tengo la sensación de que no me escuchas. Por más que me esmero en explicarte las cosas, siento que no me oyes.

Por alguna razón en la mayoría de las ocasiones no es solo una sensación es más bien una realidad. No escuchamos a los demás porque estamos demasiado entretenidos escuchándonos a nosotros mismos. Y lo más triste de todo es que en muchas ocasiones ni siquiera nos escuchamos a nosotros mismos.
Escuchar es mucho más que quedarse oyendo a uno mismo, como el que oye llover, o cuando se escuchan las olas rompiendo en la playa. Eso está muy bien pero todos sabemos lo que ocurre después, que nuestro cerebro se evade y terminaos en lo más profundo de nuestros pensamientos, que, para concentrarse en algo va muy bien pero que hacer reflexión sobre algo más profundo, la verdad es que no vale de mucho.  
La diferencia entre una escucha activa y una escucha pasiva son … las preguntas ¿cómo? Pues eso, las preguntas.
Desde el momento que hacemos preguntas nuestro sistema cognitivo se activa para recoger la información, cosa que no ocurre cuando simplemente esperamos que las ideas, las palabras fluyan hasta nuestros pensamientos.
Si no nos hacemos preguntas no podemos llegar a conclusiones, si no hacemos preguntas, simplemente no conseguimos entender lo que el interlocutor al que estemos escuchando intenta trasmitirnos porque una cosa es lo que se piensa decir, otra lo que se quiere decir, otra lo que se sabe decir, otra lo que realmente se dice, otra lo que la otra persona oye, otra diferente es lo que escucha, otra cosa es lo que se comprende, otra lo que acepta, otra lo que se retiene y otra lo que finalmente se pone en práctica, es decir, que desde que pensamos en decir algo hasta que la otra persona finalmente entiende se pierde el 90% de la información. Curioso pero real.
Esa es una de las razones por las que nuestro sistema educativo, especialmente el universitario, en la que un señor muy serio dice lo que sabe y punto, funciona tan mal.
En general nuestras relaciones siempre adolecen de esa comunicación eficaz que se basa en una escucha activa. Siempre pensamos saber lo que el otro estaba pensando pero la verdad es que nunca acertamos por eso lo de las preguntas va muy bien.
Cuando más interesados y preocupados por un tema más preguntas demostramos. Eso nos incluye a nosotros mismos.

Genial. Por fin es lunes. ¿qué? Que por fin es lunes….genial.

OP


No hay comentarios:

Publicar un comentario